En el día de hoy, como podría ser cualquier otro, consideramos que es adecuado plantear una reflexión sobre el Sector de la Seguridad Privada, que sigue denostado y tocado de muerte, esperando y solicitando cambios de todo tipo que siguen sin producirse, y lo que es peor, sin aparente voluntad política de que se produzcan.
Consideramos que existen en la actualidad tres importantes factores que estarían influyendo sobremanera y abocando al desastre al presente y futuro del Sector de la Seguridad Privada, sin menoscabo de algunos otros que podréis considerar igual de influyentes o importantes, y que entre unos y otros nos pronostican un futuro poco halagüeño.
AUMENTO DE LA VIOLENCIA EN LA SOCIEDAD
Un primer factor tendría su origen en el paulatino aumento de la violencia que se viene produciendo en nuestra sociedad, comentado y atestiguado con noticias e imágenes en diferentes medios de comunicación y redes sociales.
Penosamente uno de los colectivos que se ven más profundamente afectados por este hecho, desde el punto de vista laboral y de su propia seguridad personal, son l@s Vigilantes de Seguridad en el desempeño de su trabajo diario.
Lamentablemente son muy frecuentes las noticias relacionadas con agresiones a est@s en su intento de evitar delitos, daños a bienes o instalaciones, infracciones administrativas o simplemente el acceso a lugares públicos, privados o transportes públicos a personas que no tienen la cita previa, autorización o el oportuno billete de transporte requerido, por poner algunos ejemplos.
REIVINDICACIÓN DE MAS Y MEJORES MEDIOS DE DEFENSA Y PROTECCIÓN JURÍDICA ADECUADA Y PERSUASIVA
Para abordar esta situación, desde hace tiempo algunas Organizaciones Sindicales y trabajador@s de Seguridad Privada venimos solicitando más y mejores medios de defensa implementado con una adecuada y persuasiva protección jurídica penal y administrativa.
Entendemos ya que es urgente abordar este asunto tanto por parte del Gobierno de turno como por los distintos actores políticos y empresariales correspondientes.
En la actualidad el único medio de defensa reglamentario recogido en la legislación de Seguridad Privada es una Defensa de Goma, acompañada de unos grilletes por si se requiriese la detención de una persona.
Este único medio de defensa es a todas luces totalmente insuficiente de cara a proceder en cualquier intervención en la que se tenga que emplear fuerza física bien para proteger la propia integridad física o bien para actuar ante una o varias personas intentando evitar cualquier delito o infracción administrativa que se estuvieran cometiendo en sus centros de trabajo.
No será esta Organización Sindical quien deba de indicar al Gobierno que medios de defensa se deberían incorporar, aunque recientemente hemos solicitado al Gobierno la inclusión de al menos un Spray Homologado, y a la Comunidad de Madrid de la inclusión de Chalecos Antipinchazos para l@s Vigilantes de Seguridad de sus Centros Asistenciales, asunto este que consideramos que en un futuro próximo deberían de ser incorporados para tod@s l@s Vigilantes de Seguridad.
A todo esto, hay que añadir que la intervención de l@s Vigilantes de Seguridad en su Centro de Trabajo y dentro de sus competencias no conlleva un tratamiento penal o administrativo diferente al que se le podría aplicar a cualquier ciudadano.
A colación de esta situación, se lleva mucho tiempo reivindicando justa y legítimamente su consideración como Agente de la Autoridad o Similar cuando actúen en sus Centros de Trabajo dentro de sus competencias, lo cual redundaría en un castigo más severo penal y administrativo para las personas que les acometieran, desobedecieran y/o les insultaran o agredieran.
Estamos seguros que muchas personas se “pensarían dos veces” hacer caso omiso y enfrentarse a est@s durante sus indicaciones, requerimientos o llamadas de atención en sus centros de trabajo.
LEY Y REGLAMENTO DE SEGURIDAD PRIVADA OBSOLETOS E INADECUADOS PARA LOS TIEMPOS ACTUALES
Otro factor que consideramos importante, y relacionado con el anterior, es el hecho de que este Colectivo se rige por una Ley y Reglamento de Seguridad Privada obsoletos, sobre todo este último que data del año 1994, y que ya no recogen las actuales necesidades de l@s trabajador@s del Sector, como por ejemplo, en el caso de los medios de defensa o de la protección jurídica anteriormente mencionados entre otros.
Por tanto, entendemos que urge la elaboración y aprobación de una nueva Ley y Reglamento de Seguridad Privada, que afronten los nuevos retos en seguridad, tanto tecnológicos, organizativos y legales que está solicitando el Sector, y que contribuyan a modernizar y prestigiar esta profesión, implementando sobremanera una formación continua adecuada para los actuales profesionales del Sector.
También sería deseable que aborde desde una normativa clara y con sanciones contundentes el intrusismo profesional y la proliferación de “Empresas Piratas” que tan lesivas son para los intereses económicos y laborales de l@s Vigilantes de Seguridad.
Nadie debería de olvidar que la Seguridad Privada complementa y colabora en el mantenimiento de la Seguridad Pública, y por tanto l@s Vigilantes de Seguridad también tienen como misión proteger el libre ejercicio los derechos y libertades de las personas que protegen, dándose la paradoja de que trabajan para Entidades Privadas que tienen que como fin último y más importante de su existencia el beneficio económico.
Por ello se debería trabajar en la consecución de Empresas de Seguridad dignas y con estándares de calidad y buena dirección, que pudieran compaginar el beneficio económico con una implicación mayor en mejorar las condiciones de sus trabajadores para que desarrollen mejor sus funciones, lo que redundaría en beneficio de la Sociedad en General.
Hoy en día existe una multitud de pequeñas Empresas de Seguridad que sólo buscan su beneficio económico en las Contratas Públicas, trasgrediendo los Convenios Colectivos y las leyes laborales para conseguir su fin, con el consiguiente perjuicio económico y laboral de sus trabajador@s.
EVIDENTE ENVEJECIMIENTO Y MALAS CONDICIONES ECONÓMICAS
El tercer factor que consideramos, y no por ello menos importante, es el evidente envejecimiento de las plantillas de Vigilantes de Seguridad, lo que concierne sobremanera al futuro cercano del Sector.
Según algunos estudios la media de edad estaría rondando los 50 años, hecho que se puede comprobar y corroborar si se “echa un vistazo” a las diferentes plantillas en cada uno de los Centros de Trabajo donde hay contratada Seguridad Privada.
En nuestra opinión esto conlleva a una carga excesiva de trabajo a l@s actuales Vigilantes, que aunque es “pan para hoy” debido a la gran oferta de trabajo, traducido en numerosos eventos y en horas extraordinarias en sus Centros de Trabajo, con el consiguiente aumento económico, muy seguramente para much@s de ell@s será “hambre para mañana” por las consiguientes secuelas física que se reproducirán una vez se finalice la vida laboral o durante el último período de esta.
La suma de estos factores, evidentemente no auguran nada positivo de cara al presente y futuro del Sector, y contribuyen sobremanera al olvido y desprestigio que actualmente padece ante la opinión pública y que se traslada a los medios de comunicación.
Tampoco debemos obviar que las malas condiciones económicas plasmadas en los distintos Convenios Colectivos habrán contribuido seguramente a este olvido y desprestigio, y propiciado en gran manera el alejamiento de la juventud, al no percibir este Sector económicamente ni atractivo ni con prestigio profesional.
Para finalizar, esperamos y deseamos que esta reflexión contribuya a generar dinámicas positivas dentro de este Sector tan denostado, pero tan importante e indispensable para la Sociedad, las Administraciones Públicas y el tejido empresarial de este País.